martes, 21 de febrero de 2017

EL PERÚ BAJO SOSPECHA



 Las noticias en el Perú son cada vez más preocupantes, el caso de corrupción Lava Jato en Brasil, salpican profusamente a por lo menos los últimos tres presidentes de la república en el Perú y como nunca antes se vuelve rabiosamente vigente la frase de Gonzales Prada,  “donde se pone el dedo salta la pus”, y es que la noticias que aparecen diariamente contribuyen a la certeza ciudadana de que sus presidentes fueron parte de una cadena de corrupción en su momento.

De acuerdo a Alfonso Quiroz, la corrupción le cuesta anualmente al Perú el 30 % de su presupuesto nacional, pero a este dato habría que agregarle los costos que implican a la ciudadanía, costos económicos así como sociales; los dineros públicos que se pierden bien podrían servir para atender a esa gran cantidad de familias que no cuentan con servicios básicos o para mejor los niveles educativos y nutricionales de nuestros niños, pero los corruptos son indolentes y para ellos primero están sus bolsillos.

Luego de asistir esta dura realidad, ¿como queda el sentimiento ciudadano?, ¿que sin sabor queda al peruano que eligió a sus presidentes, con el fin de que hicieran realidad las esperanzas populares?, ahora se dan cuentan que sus representantes no eran otra cosa que voraces aprovechadores que terminaron por hacer suyo y de manera indebida, el dinero del pueblo; el Perú salía de una vorágine de corruptela en el gobierno de Alberto Fujimori y encontró a su redentor en Alejandro Toledo, que terminó por ser un corrupto más en la historia, hoy se confirma con el caso Lava Jato; por su parte los apristas y el mismo Alan reclaman estar limpios, pero se olvidan que Alán no fue absuelto, sino que su caso prescribió, igual de comprometido se encontraría el presidente Humala y por si fuera poco, en este oscuro concierto, aparecen presidente regionales y hasta alcaldes y alcaldesas.

Ante estos hechos muchos funcionarios, amigos y co-partidarios de los presidentes han comenzado a marcar distancias, o creo que más apropiado sería decir a zafar cuerpo, principalmente en el caso de Toledo, donde muchos de sus funcionarios y amigos han dicho que como se podría saber de la intenciones corruptas de Toledo cuando el fue el que se “fajo” por la democracia, señores, Toledo mostro su corrupción desde el momento de la famosa marcha de los Cuatro Suyos, aquí el millón de dólares con que el multimillonario Geoge Soros financió la protesta, terminó en cuentas de un sobrino de Toledo, luego Alvaro Vargas Llosa terminaría denunciando estos hechos, más tarde Eliane Karp, esposa del presidente terminó involucrada en el tema del banco Wisse y otros nombres del entorno de Toledo saltaron producto de la corrupción, Almeida; Diez Canseco, primer vicepresidente, etc, etc, con tod esto, ¿no se dieron cuenta de la corrupción, Toledo era corrupto, este tipo vino a hacerse de dinero a costa del tesoro público.

Pero ya sabiendo que tres ex presidentes se encuentra bajo sospecha, cabe preguntarse y el actual?, no hay que olvidar que su historia comienza en el primer gobierno de Belaunde, donde se le acusa de haber favorecido a IPC, Kuczynsky fue ministro de Toledo y lo fue durante el periodo en se dieron los negociados con Odebretch, por lo mismo debe ser parte del proceso de investigación; este es el cuadro que vive el Perú,  con un presidente preso, tres bajo sospecha y otro, el actual que bien cabe en el marco.

Ese el Perú, un país que nació en corrupción, donde hasta los libertadores tienen sus pecados y los héroes nacionales no se escapan a la plaga, en fin, se podría terminar concluyendo que el estado mismo se encuentra bajo sospecha.       

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